jueves, 29 de marzo de 2012

De Whatsapps i Vagues Generals


A l'anterior entrada vaig comentar que tenia internet al mòbil, el què implica que també tinc Whatsapp, que de moment m'ha servit per això:

Dia 29 de març. Vaga General a Espanya. Vull saber què està passant i li pregunto a un amic de Barcelona que sé que estarà al mig del merder. 
Li envio un whatsapp des del mòbil alemany.

      Jo – S’està liant pardíssima no? 
      Subjecte I – Qui ets?
      Jo – El teu pitjor malson
      Subjecte I – Vale, la Marta



Dos minuts després. Whatsapp del Subjecte II, que fa dies que no dóna senyals de vida:

     Subjecte II – Ja he follat amb l’xxxxxx.

(el què ve a continuació es queda a Alemanya). 



Así, da gusto. 


miércoles, 28 de marzo de 2012

Sobre el Mitfahrengelegenheit, el no-límite de velocidad en las autopistas alemanas y mails inoportunos.

Hará unos quince días me fui a hacer mi primer viaje por tierras alemanas después de muuucho tiempo. El motivo era la visita a Marta Farré, que se encuentra resumida aquí, aquí y aquí.

Allá por 2009, y de puñetera casualidad, descubrí la página http://www.mitfahrgelegenheit.de/ , la cosa mas útil ever. Así muy resumido, esta web te permite viajar por toda Alemania (y Europa en general) de forma MUY barata.

¿Cómo?  Compartiendo coche o en su defecto billete de tren. Si esto se popularizase en España, lo primero que pensaría yo –mujer cauta y desconfiada donde las haya- al ver anuncios como: ‘Viajo de Berlín a Luneburg día tal hora tal precio tal con el coche tal de color tal’ (la oferta que aproveché yo), es: ¿Qué depravado/violador/asesino en serie quiere llevarme en coche?

Pero esto es Alemania. Aquí uno no desconfía de nadie. Amigos, si se es un poco cleptómano, este es el país donde ir. Para muestra un botón: resulta que CADA vez que piso el Netto (supermercado) de debajo de casa, al salir pita la alarma antirrobo. He probado entrando con tres bolsos diferentes, hasta fui un dia con una bolsa de tela y el monedero sin más, así que no sé qué coño es lo que hace que pite –por descarte solo quedan dos cosas: los zapatos o el preservativo que llevo siempre en el monedero, que en un país con tanto alemán de metronoventa suelto, una nunca sabe dónde va a acabar y mujer precavida vale por dos-. Y a pesar de pitar cada día, NUNCA me han pedido que les enseñe lo que llevo en la bolsa. Así es que me estoy planteando aprovechar la situación y empezar a robar. Pero esta es otra historia.

A lo que iba. Hablé con una chica que viajaba el mismo día que yo a Lüneburg y quedamos en encontrarnos en Hauptbanhof para ir en su coche –ford rojo de los ochenta-  hasta allí.

Hasta aquí todo bien. Llegué y compartíamos viaje con otras dos personas. Tres horas de coche y vería a Farré después de casi mes y medio. El pequeño detalle que había olvidado es que en Alemania NO HAY LÍMITE DE VELOCIDAD. Lo que la colega conductora se tomó muy en serio, pues no bajó de los 160 en lo que duró el viaje. Parece que la chica tampoco sabía muy bien que hay cosas como la ‘distancia de seguridad con los otros vehículos’ o ‘frenar si ves que el coche de delante frena’. Total, estaba yo en el coche súper aburrida y asustada por la excesiva temeridad de la susodicha y empezé a repasar gmail –soy una lista y me puse internet en el móvil, muy útil para estos casos- y me llega un mail de la oficina de intercambios de Barcelona con una copia del seguro de REPATRIACIÓN DE CADÁVER Y ACCIDENTE que contraté hace unos meses. En ese momento sentí PÁNICO, pues la tía seguía dándole duro al gas, no paraba de fumar, cambiar CD’s y tocar los botoncitos de la calefacción sin mirar a la carretera.

Al final todo acabó bien, no nos matamos ni nos estrellamos, pero puedo jurar que nunca en mi vida me había alegrado tanto de ver a Farré. 

Moraleja que saqué de todo esto: Viajar, SÍ. Pero en tren (la vuelta la hice en tren compartiendo billete, tardé unas dos horas más pero mis chakras no se desequilibraron como lo hizo la loca del coche rojo).

PD: Voy a bajar ahora mismo al Netto solo con dinero y con otros zapatos, a ver si de una vez por todas dejo de pitar. 


*Editado para decir que: he bajado al Netto y NO HE PITADO! 

Jazz, cervesa i tabac

A la merda el meu propòsit de vida sana a Berlin. 
Ahir vaig anar a una Jam Session de Jazz a l'Edelweiss de Gorlitzer Park, un lloc amb força encant -tant de dia com de nit-. 
Dins el bar -com en molts llocs de Berlin- es podia fumar.


Com collons deixar de fumar en una ciutat on el Pueblo és producte nacional  per excel·lència? 


La cosa va ser més o menys així:




I sí, avui la roba fa pudor a tabac, però torno a ser a l'Espanya pre2010 (i m'agrada)!

Random

Todo el mundo habla de Kit Kat Club

(y yo quiero ir a verlo)

lunes, 26 de marzo de 2012

Canvi de xip


Fa vint dies que vaig aterrar a Berlín. Els primers dies odiava la ciutat i qualsevol cosa que tingués a veure amb aquest país. Suposo que la falta de sol, el fred i el fet que això sigui ‘la terra promesa d’Europa’, hi van ajudar. Però fa uns dies, sense adonar-me’n i sense motiu aparent, vaig descobrir que no volia marxar. Que si en aquell precís moment m’haguessin dit que podia tornar a Barcelona i continuar amb el què estava fent, hagués dit que no. –Suposo que el sol, la calor i descobrir que aquí les coses no són com les pinten al meravellós món dels telenotícies, li ha sumat encant al que ja té la ciutat en si-.  Berlín m’agrada. Molt.

Sigur Rós - Ekki múkk from Sigur Rós on Vimeo.



(avui m'ha acompanyat això, es veu que treuen nou disc aviat. Segueixen en la línia de sempre, com a mi m'agrada.)

lunes, 27 de febrero de 2012

Vamos

Al ritme de Pixies he acabat de recollir l'habitació de Cucurulla. 
Demà em quedaran 7 dies a Barcelona que es presenten més intensos del què esperava. 
No estic trista ni contenta, com m'han dit avui: estic 'zen' (i una mica nerviosa, la veritat). 



miércoles, 15 de febrero de 2012

george

Tenia un parell de posts preparats des de fa dies que parlaven de fred, festa, despedides i depressions.
Però avui he adoptat un gat, he sopat bé i tot té un altre color, així que els posts es quedaran on són ara, escrits en un paper. 


Benvingut a Cucurulla, George